Reconstruir mejor - Los miembros de la ACB responden a la crisis de la COVID-19

 

 

La pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) ha agregado una nueva dimensión de urgencia a los esfuerzos destinados a abordar los desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la inequidad. Habida cuenta de que la pandemia es el resultado de una ruptura en la relación entre los sistemas humanos y los sistemas naturales, las respuestas a ella no deben limitarse a un enfoque para fortalecer los sistemas de salud y las economías, sino que también debe abarcarse la protección de los ecosistemas y el mantenimiento de sus funciones.

La ACB insta a todas las personas a convertir el desafío histórico que implica la pandemia de la COVID-19 en una oportunidad para virar hacia economías y sociedades más verdes e inclusivas que aseguren un futuro sostenible para las personas y el planeta. [Declaración conjunta de la ACB sobre la COVID-19]

Los miembros de la ACB continuamente publican información sobre varios aspectos de la pandemia de la COVID-19 en lo que hace al sector forestal.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) identificó y percibió los impactos de la crisis de la COVID-19 en aspectos de desarrollo interconectados con el sector forestal, con especial hincapié en los impactos en la producción y el comercio de productos forestales. En una nota de orientación sobre políticas la FAO propone una serie de recomendaciones como base para la formulación de políticas posteriores a la crisis, y se destacan las oportunidades potenciales para maximizar los avances logrados hasta el momento, a fin de asegurar que no se reviertan decenios de progreso. También hay una segunda nota de orientación sobre políticas que se centra en el tema de la aparición de enfermedades infecciosas a nivel mundial y sus vínculos con el consumo de carne silvestre, las alteraciones del ecosistema, la degradación del hábitat y la pérdida de biodiversidad. En una tercera nota de orientación sobre políticas se analiza el impacto de la COVID-19 sobre las cadenas de valor de la madera y la respuesta del sector forestal, sobre la base de una encuesta mundial efectuada en 2020.

Por su parte, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) describió la respuesta que planificó ante la COVID-19 para contribuir a abordar la situación y reducir la probabilidad de que se produzcan nuevas crisis ambientales en un futuro previsible. En tal sentido, la respuesta abarca medidas para contemplar el comercio de flora y fauna silvestres, la deforestación, la expansión urbana y otro tipo de presiones que se ejercen sobre los ecosistemas que están dejando a los animales salvajes y a los seres humanos en una situación de proximidad peligrosa.

La Organización Internacional de las Maderas Tropicales (OIMT) realizó una encuesta en nueve países tropicales a través de su Servicio de Información sobre el Mercado (SIM) y su Grupo Asesor del Comercio (GAC), en la cual demostró que las medidas que se adoptaron para prevenir la propagación de la COVID-19 están generando un impacto considerable en el sector de las maderas tropicales, donde se ha despedido a miles de trabajadores y la demanda ha caído en picada. Algunos gobiernos están brindando apoyo a trabajadores y empresas, pero hay otros que aún no han reaccionado (encuesta sobre los impactos de la COVID-19 en el sector de las maderas tropicales y El pandemonio de la pandemia en el del sector maderero tropical, publicado el 18 de abril de 2020).

 

Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó una nota informativa donde brinda una reseña para generar conciencia entre las organizaciones ambientales sobre la forma en que la violencia de género y los vínculos ambientales pueden verse afectados por el brote de COVID-19 y los pasos y recursos sugeridos.

El 15 de octubre de 2020 la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO) dio a conocer un informe de evaluación global sobre el papel de los bosques en el alivio de la pobreza. Ante la pandemia de la COVID-19 y la creciente amenaza del cambio climático, los bosques y los árboles son vitales para las poblaciones rurales pobres de los países de todo el mundo. No obstante, las personas pobres rara vez pueden percibir el grueso de los beneficios de los bosques. Una evaluación científica mundial analiza la forma en que los bosques pueden desarrollar su potencial para reducir la pobreza de manera equitativa y duradera. La evaluación, que trata sobre los bosques, los árboles y la erradicación de la pobreza, y se titula “Forests, Trees and the Eradication of Poverty: Potential and Limitations”, fue presentada por el Panel Mundial de Expertos Forestales (PMEF) sobre bosques y pobreza que dirige la IUFRO, una iniciativa de la ACB.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó una ficha informativa sobre la forma de invertir en los bosques para reconstruir mejor y de manera más ecológica (“Investing in forests to build back better greener”) que se centra en la manera en que los bosques pueden contribuir a fortalecer la resiliencia de las sociedades y las economías.

El Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB) publicó una nota de orientación sobre políticas donde destaca el papel de los bosques como eje de una recuperación ecológica a la pandemia, y se titula: “Forests: at the heart of a green recovery from the COVID-19 pandemic”. Dicha publicación es la última de una serie de notas de orientación sobre políticas elaboradas por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, que analizan el impacto de la COVID-19 desde una perspectiva económica, social y de desarrollo sostenible.